Fernando da Riese Pio X

Fernando da Riese Pio X

El P. Fernando nació en Riese (hoy Riese Pio X en recuerdo del papa santo que aquí nació) el 5 de diciembre de 1926; era hijo de Giacinto Tonello y Antonia Luccato. Fue bautizado, con el nombre de Pedro, en la iglesia parroquial el 5 de diciembre de 1926 y fue confirmado el 15 de septiembre de 1935 por el obispo diocesano, mons. Andrea Giacinto Longhin, hoy beato.

La juventud.

En Riese Pio X frecuentó la escuela primaria. Todos lo llamaban Pedrito y para él ir a la escuela con una cartera con pocos libros, algún cuaderno y una pluma, era el paseo más esperado del día; recorría un camino de tierra estrecho y lleno de polvo, que serpenteaba entre campos de mieses, flores y viñas que se parecía a una mesa llena de colores. Cuando aprendió a montar en bicicleta, recorría a golpe de pedal calles estrechas y caminos donde se encontraba con campesinos que iban o volvían del trabajo.

Fuera de la escuela, Pedrito tenía muchas cosas que ver y oír a su alrededor. Muy temprano oía los gritos del abuelo y del padre que incitaban a los bueyes a tirar del arado en el sembrado cerca de casa, o sorprendía a la madre recogiendo flores en el campo o acariciando los tomates que se iban coloreando, o desgranando alguna mazorca de maíz, o a las gallinas y a los pavos que no dejaban de cacarear.

La vocación religiosa y sacerdotal.

La vocación religiosa es un don que Pedrito Tonello recibió de Dios. El misionero que predicó en la iglesia de Riese Pio X lo estimuló a dar el paso hacia la vida consagrada. Él notaba que seguramente sentía la llamada ya que se encontraba lleno de fe, de espíritu religioso y de sólidas virtudes humanas.

Ingresó en el seminario seráfico de Rovigo el 19 de septiembre de 1937 y el 16 de septiembre 1939 pasó a Verona para terminar los estudios de bachillerato. En Bassano del Grappa, el 4 de septiembre de 1942, vistió el hábitp capuchino con el nombre nuevo de fr. Fernando de Riese. El 5 de septiembre del año siguiente emitió la profesión temporal en manos de fr. Vicente Vidoni de Magredis, maestro di novicios. Será el mismo fr. Vicente, siendo luego Ministro provincial, el que recibirá su profesión perpetua en Padua, el 8 de diciembre de 1947.

Con ocasión de la muerte del compañero el Ministro provincial, fr. Luciano Pastorello, recordará que: Fr. Fernando Tonello amaba su vocación franciscano-capuchina, con su temperamento a veces fogoso, pero sincero. Presentándose siempre con sencillez de trato y con la verdad de un testimonio religioso convencido y alegre.

Terminados los estudios de teología, el 10 de abril de 1951, en la basílica de S. Marcos de Venecia, fue ordenado sacerdote por el patriarca mons. Carlo Agostini. El 22 de abril de 1951 celebró en su país natal su primera misa, en el mismo altar donde en 1858 la había celebrado el entonces joven presbítero José Sarto, luego convertido en papa Pío X y en santo.

Profesor en los seminarios seráficos.

El 6 agosto de 1951 fue trasladado a Rovigo como profesor de literatura y de música en el seminario seráfico. En el 1953 pasó a Thiene, como profesor de las mismas disciplinas y desde el 2 de julio de 1957 fue director responsable del boletín Madonna dellOlmo, fundado por él en 1955. Y sucesivamente en Verona (1958-1964).

El Ministro provincial, fr. Luciano Pastorello, escribirá: Yo lo recuerdo como profesor muy preparado y exigente, muy culto en letras y también en música, atento a ser maestro, pero también educador eficiente. Y fr. Rodolfo Saltarin, otro alumno suyo, en la homilía tenida en Riese Pio X durante las exequias dijo: Era exigente, pero sobretodo estaba preparado. Le agradaban particularmente los temas llenos de fantasía y de sentimientos. Recuerdo que a nosotros los estudiantes yo incluido conociendo su debilidad, sacábamos relatos e historias inversímiles.

La prensa como medio de evangelización.

En 1964 se encontraba en Paderno del Grappa (TV), como padre espiritual de los Institutos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Allí estará sólo un año, porque en el 1965 fue invitado a Roma, al centro nacional de la OFS de Piazza Consolazione, como director de la revista Vita Francescana.

Volverá a la Provincia en 1969, destinado al convento de Padua, como director de las Ediciones Laurencianas y vicepostulador de las Causas de los Siervos de Dios mons. Andrea Giacinto Longhin, fr. Tommaso da Oleraye Concetta Bertoli, terciaria franciscana.

Del 1976 al 1979 trabaja nuevamente en Roma, esta vez en nuestra curia general, como secretario de la postulación general de la Orden, con el postulador fr. Bernardino da Siena. Dejará Roma en 1979, para regresar a Padua, con la tarea de vicepostulador, permaneciendo en el cargo hasta su ingreso en la enfermería de Conegliano en el 1998.

Como sacerdote se ofreció por entero al servicio de la Iglesia y de lo hermanos, actualizándose en el estudio y en el conocimiento de los distintos problemas. Pero sin dejar pasar a un segundo lugar las actividades sacerdotales. Trabajó en el apostolado incluso como escritor. Fr. Fernando tenía la vocación de escritor y cada acontecimiento o circunstancia lo estimulaba a coger la pluma. Con gran facilidad, sin grandes esfuerzos, pasaba de lo escrito en prosa a la poesía. Es también autor de numerosas poesías. Numerosos son los premios y las condecoraciones obtenidas. Por los muchos y tan distintos temas tratados fue uno de los esscritores más rico que supera todos los demás escritores capuchinos de todos los tiempos.

Ecritor fecundo y versatil (con más de dos mil títulos), publicó interesantes biografías de santos y promovió iniciativas religiosas con espíritu de fe, humildad, sencillez y gran rigor moral. Para él escribir significaba poner a disposición de los hermanos el tiempo, la capacidad, la experiencia, la competencia, la especialización y el corazón. Utilizando debidamente la libertad, típica del periodista (se inscribió en el Colegio del periodismo en 1956), en fr. Fernando destacaba siempre una honestidad intelectual que hace grande a un escritor.

Entre los muchos periódicos, en los que se pueden encontrar sus artículos, señalamos: Analecta OFMCAP, Ancilla Domini (Padua), Lancora (Roma), Boletín Franciscano (Padua), La casaAlivio del sufrimiento (San Giovanni Rotondo Foggia), La defensa del pueblo (Padua), El domingo del pueblo (Bérgamo), Don Nicolás Mazza (Verona), Ecclesia Mater (Roma), El eco de Bérgamo (Bérgamo), Llama Nueva (Roma), La hija de María (Roma), El Grapa (Fonte Treviso), Ideales seráficos (Caracas Venezuela), Ignis Ardens ((Treviso), Loreto (Loreto Ancona), La Madonna (Roma), La Madonna delle lacrime (Siracusa), Madonna dellOlmo (Thiene Vicenza), La Madonna di Castelmonte (Castelmonte Udine), La Madre de Dios (Roma), María reparadora (Milán), Mater Dei (Roma), Mensajero capuchino (Bolonia), Mundo católico (Roma), Mundo franciscano (Roma), Noticiario capuchino (Roma), El apostolado (Angola), LOsservatore Romano, Paz y bien (Pesaro), Padre Santo (Génova), Palestra del Clero (Rovigo), El portavoz del Siervo de Dio Andrés Jacinto Longhin (Treviso), Portavoz del Padre Marcos y Padre Leopoldo (ahora Portavoz de san Leopoldo Mandiæ (Padua), Reparación a María (Rovigo), Revista diocesana de Roma (Roma), La semana católica (Rovigo), La Semana del Clero (Roma), Verona fiel (Verona), Vip (Very Important Persons) (Roma), La viaa del pueblo (Treviso), Vida franciscana (Roma), Vida veronese (Verona).

Hacemos, además, un elenco de algunas de sus publicaciones de una cierta importancia: Lha chiesto la Madre! (Teología, Historia, Ascética, Psicología y Pedagogía de la Reparación Mariana, Maria Dolores, Por un sendero de luz. Un compañero de viaje para los hermanos laicos capuchinos (en colaboración con fr. Valeriano Rossi de Corte), Misioneros que saben morir, Los capuchinos en la actividad parroquial, Divagaciones sobre las playas, Divagaciones sobre la vida capuchina, Divagaciones sobre el tren.

Divulgador de santidad.

La especialidad de fr. Fernando, que lo tuvo mayormente comprometido, fue la producción de tantas biografias de Siervos y Siervas de Dio. Hagiógrafo incansable porque estaba convencido, como se ha dicho antes, que la prensa era un formidable medio para la evangelización.

Ha sido el biógrafo más importante y completo de Andrés Jacinto Longhin. El obispo de Treviso, de 424 páginas, impreso en el 1961, es la biografía que ha servido de soporte histórico y hagiográfico a numerosos estudios posteriores.

Otra importante biografía escrita por fr. Fernando ha sido la del P. Pío de Pietrelcina, canonizado en el 2002 (mientras Longhin fue beatificado en el mismo 2002), recogida en el volumen titulado Crucificado sin cruz, publicado en 1975, va ya por la séptima reimpresión. Refiriéndose a esta obra el jesuita Domenico Mondrone, en La civiltà cattolica, escribió: Finalmente una vida del P. Pío!.

Muy importante es también la biografía de santa Verónica Giuliani, Implacable seguidore del amor y del dolor, de 578 páginas y publicada en 1985.

Ha escrito también sobre san Leopoldo Mandiæ, Siervos y pecadores por la unidad de la Iglesia (1976, pp. 248), sobre fr. Tommaso da Olera (ya Beato), Un lavador de escudillas (1972, pp.128), sobre el Padre Santiago de Balduina, El Capuchino que se paró en Lourdes, Gianna Beretta Molla, Murió por decir sí a la vida, Onorato Kozminski de Biala Podlaska, Un polaco que vivió siempre en pie, Concetta Bertoli, La crocificada de Mereto di Tomba), san Pío X, Un hijo de Riese Pío X, y sobre muchos otros personajes significativos por su santidad...

Herido por dolorosa enfermedad, expiró serenamente en el Señor el 27 de agosto de 2006 en el hospital civil de Conegliano.

Nuestra Orden así se expresaba fr. Luciano Pastorello, Ministro Provincial de Venecia, en el mensaje enviado desde Roma, donde estaba participando en el Capítulo general deve a su entusiasmo y a su tenacidad el haber podido dar a conocer y llevar a la veneración del pueblo de Dios tantos tesoros escondidos de santidad, en la persuasión de que ellos son ciertamente capaces de dar mucho fruto. El Señor ha concedido a fr. Fernando el ver coronada buena parte de sus sueños. La memoria de esto nuestro queridísimo hermano no está ligada sólo a su actividad de biógrafo de tantas figuras eminentes de la familia franciscana, sin embargo yo creo que él desearía ser recordado principalmente por sus santos. Y nosotros queremos manifestarle todo nuestro agradecimiento, unido al de numerosísimos lectores de sus obras que siempre han reconocido tanta unción espiritual, ofrecid con competencia y eficacia de estilo.