La Divina Pastora y la Provincia capuchina de Valencia
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El año 2003 ha pasado a ser una fecha emblemática para los capuchinos españoles, puesto que en él se conmemora el Tercer Centenario de la veneración de la Vírgen María con el título de Madre del Buen Pastor, más popularmente conocida como la Divina Pastora.
Fue el 8 de septiembre de 1703 cuando el capuchino andaluz P. Isidoro de Sevilla (1662-1750) mostraba a la Virgen María vestida con atuendo de Pastora en la procesión del rosario por la Alameda de Hércules de Sevilla.
Ese año iba a significar el punto de partida de la expansión fulgurante de esta advocación mariana, traducida en unas prácticas devocionales concretas, recogidas generalmente en pequeños folletos, -lo que facilitaba su difusión-, y en una iconografía específica.
Todas estas manifestaciones de religiosidad popular se difundieron rápidamente por la totalidad de la península ibérica, gracias a la acción de los capuchinos, pasando al poco tiempo, por la acción de los mismos, a las Indias Occidentales, a la Calabria (Italia), e incluso a los dominios napolitanos españoles.
Esto último por obra, sobre todo, de los franciscanos descalzos (o alcantarinos).
Hay que afirmar con rotundidad que la devoción y el entusiasmo hacia la Divina Pastora han estado presentes siempre en la Provincia capuchina de Valencia.
Basta leer el elenco de nombres, ciertamente incompleto, que aparece al comienzo del capítulo 2 para cerciorarse de ello.
De entre todos, quiero destacar en este momento al P. Manuel Saura (Pascual de Alcantarilla) (1921-1995), gran devoto de la Divina Pastora y coleccionista de todo lo relacionado con esta advocación mariana.
Bastante del material que he utilizado en este trabajo, fue recogido y guardado por él, con todo cariño, a lo largo de su vida.
Además, a él le debo el interés que me despertó este tema.