Johanness Jörgensen
Este nuevo cronista de la santidad del Pobrecillo de Dios nació el 6 de noviembre de 1866 en Suendborg, pueblecillo costeño de la isla de Fünen (Dinamarca), en medio de una familia de navieros y navegantes.
A la edad de 16 años se trasladó a Copenhague con objeto de dar comienzo a sus estudios universitarios. Ardía entonces en toda su plenitud la fiebre del positivismo que invadió el saber humano en el último tercio del siglo XIX, movimiento nacido del poderoso avance realizado por las ciencias de la naturaleza, y que llevaba en su esencia la negación de todo elemento suprasensible.
El poeta Jacobsen -autor de la famosa novela -Niels Lyhne- y Jorge Brandes eran los jefes de la tendencia materialista en Dinamarca, y el mozo Jörgensen, que estudiaba ciencias naturales en la Universidad, alistado en las filas de la nueva escuela, ganóse puesto de honor entre los más fogosos partidarios de ella: su primer libro, un volumen de versos publicado en 1887, mereció elogios públicos en Brandes.
Siguieron varios tomos escritos narrativos, y por último apareció en 1893, la obra más importante de la primera época de nuestro autor, la novela: El árbol de la vida, en la cual parece iniciarse su evolución sobrenaturalista.
Juan Jörgensen, como Huysmans, Boruget y tantos otros contemporáneos suyos, criados en el círculo estrecho del más intransigente materialismo, sentía en su alma anhelos espirituales, para los cuales no hallaba satisfacción dentro de los cerrados dogmas de su escuela.
Como su paisano el príncipe sin bríos ha debido decirse con frencuencia:
"There are more things in heaven and earth, Horatio, than are dreamt of in our philosophy"Años de secreta lucha fueron aquellos, en que holgó la diligentísima pluma del poeta, y de cuya áspera amargura el propio autor -siempre lírico y subjetivo- ha consignado fehacientes testimonios, en muchos de los escritos posteriores a su crisis espiritual, especialmente en Vor Frue af Danmark (Nuestra Señora de Dinamarca) que casi tiene el valor de una autobiografía.Sus angustias le van abandonando en las varias etapas de un transcendental viaje que emprende en aquellos momentos y del cual es poética historia su Rejsebogen, libro de ruta (1895): en Nüremberg y en Rotenburg aprende el amor a la calumniada Edad Media: en la abadía de Beuron, el respeto por la vida monástica.
Encamínase finalmente, hacia Asís, y en aquel ambiente místico en que el Poverello predicó en abrasadoras palabras el amor de los cielos, ábrase al amor de San Francisco, su pecho.
Un año después, el 16 de febrero de 1896, ingreso Juan Jörgensen en la comunidad de la Iglesia Católica.
Siguióse después un periodo de extraordinaria fecundidad literaria: escritos apologéticos "Per mortem ad vitam, Mentiras y verdad de la vida", Beuron; un nuevo tomo de versos, Confesiones; impresiones de viaje, Mosaicos romanos, Imágenes del Norte y del Sur; obras narrativas, Parábolas, El juicio final, Eva, El fuego sagrado y otras muchas que sería largo mencionar.
Pero la de consagrar su actividad a San Francisco, era oculta ambición del poeta, en medio de su labor constante.
Vuelto a Italia en los primeros años de siglo, recorre uno a uno, con piadoso pie, cuantos lugares guardan un recuerdo del apóstol umbro, grabando en su alma de artista el carácter de gentes y paisaje; estudia pacientemente la enorme literatura franciscana, compulsando documentos en archivos y bibliotecas.
De tan larga tarea proceden dos libros memorables: el uno es el Pilgrimsbogen, Libro del peregrino (1903), serie de encantadoras imágenes de la Italia franciscana; el otro el San Francisco de Asís (Copenhague, 1907), obra de extraordinaria resonancia en el mundo católico, vertida ya a casi todas las lenguas cultas de Europa.