Los conventos capuchinos de Aragón (1598-2004)
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Una mirada hacia atrás nos da uan sensación de alegría y gratitud. La primera parte de este libro pone de manifiesto una Orden Capuchina floreciente, con 19 conventos extendidos por toda la geografía aragonesa.
Y detrás de esos conventos, la presencia de cientos y cientos de capuchinos impulsando la fe, el culto y la devoción de la gente capuchinos heroicos hasta morir por atender a los apestados; capucninos encendidos en fuego apostólico que recorrían los pueblos y ciudades predicando el evangelio; capuchinos que dejaron su patria para evangelizar el nuevo mundo de América, donde fundaron en Cumaná (Venezuela) 43 poblaciones, promovieron la cultura y convirtieron en cristianos a miles de indígenas.
Todo este explendor quedó cortado radicalmente por la injusta Ley de Desarmortización de Mendizábal en el año 1835, que expulsó a todos los religiosos de sus conventos, despojándoles de sus bienes e impidiéndoles tener aspirantes y novicios.
De esta forma se fueron extinguiendo y desapareciendo.
Una mirada al presente nos produce otra sensación muy distinta, una sensación de decaimiento de la Orden Capuchina en Aragón, a causa de la sequía vocacional, provocada por una época de falta de fe, indiferencia religiosa y un índice mínimo de natalidad.
En el comienzo de este año 2004 ya sólo existen dos conventos, presentes en la ciudad de Zaragoza: El convento de San Francisco de Asís, que ha celebrado sus 75 años de existencia, y el popular convento de San Antonio de Padua.
Pocos capuchinos, pero como siempre cercanos al pueblo y sirviendo con ilusión a este pueblo de Aragón.