Romances y Oraciones a San Antonio de Padua
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Damián Iribarren ya había saboreado las miles del éxito como artesano de romances.
Desde su adolescencia manejó el octosílabo asonantado con destreza.
Y, a la salida de su ordenación sacerdotal, nos sorprendió con sus dos primeros romanceros franciscanos, "Rosa viva" y "Érase una vez san Antonio".
Tuvo que llegar el año 1986 para que se comprometiera a una colaboración mensual, poética y antoniana, en "El Mensajero de San Antonio".
Desde entonces, puntualmente, ha ido engarzando perla con perla, romance con romance, hasta formar este precioso collar que hoy se hace libro con el "Romancero de san Antonio" y las "Oraciones a san Antonio".
En las composiciones que nos ofrece este nuevo libro hay que destacar un raro equilibrio entre forma y fondo, ternura y denuncia, deleite y lección