El lector de la Biblia
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Habituados a hablar de la Biblia, a leerla, a estudiarla, no valoramos, y a veces ignoramos completamente, los supuestos previos fundamentales para que ese estudio y esa lectura sean posibles y correctos.
La postura más frecuente es preguntar por ella: ¿qué es la Biblia?, ¿qué dice? Olvidando que también ella pregunta por nosotros y nos pregunta ¿qué buscas?, ¿por qué?, ¿quién eres?... "¿Qué quieres que haga por ti?" (Mc 10,51)
La Biblia no es un libro cualquiera, ni puede leerlo cualquiera, ni puede leerse de cualquier manera. La Biblia requiere "su" lector.
No basta con abrirla, para que nos hable en su formalidad específica de Palabra de Dios. Hay que saber abrirla, sostenerla, escucharla, interpretarla e interpelarla.
Y abrirse a ella.
A posibilitar esa doble "apertura" van dedicadas las páginas de este libro.