El pecado original
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La década de los setenta está presenciando la vuelta de una página irreversible en la historia de la teología: aquella en que se nos hablaba de "el pecado original".
Todavía hacia 1960 esta doctrina era universalmente mantenida como un dogma básico del Cristianismo...
Hoy ha pasado a ser objeto de dudas serias y hasta de contestación radical, por parte de un número creciente de teólogos católicos.
A partir de 1950, sobre todo, "nuevas e inoídas dificultades" surgen frente a la secular enseñanza.
La discusión se torna vivaz en la década de los sesenta: "se conmueven los cimientos" que sostenían la antigua construcción doctrinal.
Durante el último lustro asistimos a lo que el autor llama "ocaso de una creencia".
A "el pecado original" le ha sido planteada una cuestión definitiva: ser o no ser, sobrevivir o no sobrevivir en el conjunto de las creencias cristianas.
La crisis sufrida por esta vieja creencia se considera como uno de los acontecimientos doctrinales más sorprendentes y significativos dentro del pensamiento católico, en la segunda mitad del siglo XX; como un test decisivo para decantar la eficacia de la nueva metodología y hermenéutica teológica aplicada a la comprensión de las verdades de la fe.
Las vicisitudes de esta transformación -tan radical y acelarada-, sus motivaciones de fondo, los resultados últimos de la investigación al respecto, son propuestas en esta obra desde una documentación abundante y de primera mano.
Con exigente rigor científico, A. de Villalmonte expone y valora los diversos ensayos de solución aparecidos en los últimos decenios, extrayendo las conclusiones críticamente más depuradas y teológicamente más aceptables.
Por esa sólida documentación, por la amplísima bibliografía que la acompaña, esta obra servirá, además, de valioso instrumento de trabajo para actuales y futuros investigadores en esta parcela del saber teológico.
De cara al futuro, el lector reflexivo apenas podrá evitar la pregunta espontánea y no exenta de audacia:
¿no habrá llegado la hora de que los teólogos nos propongan ya un Cristianismo limpio de toda mancha de pecado original?
Pregunta que invita a una tarea inmediata: mostrar, en forma convincente, las beneficiosas consecuencias que, para la ortodoxia y ortopraxis cristianas, se derivarán del abandono de aquella multisecular creencia.