50 Aniversario de la muerte de Fray Leopoldo de Alpandeire 1956-2006
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Amigo lector: esta publicación está dedicada al "fraile del pueblo", como popularmente eran conocidos los capuchinos, como lo fue Fr. Leopoldo, por su contacto diario con la gente en mdio del ruido y del bullicio callejero: se trata de una publicación dedicada a Fr. Leopoldo en el 50º aniversario de su muerte; una publicación dedicada a la figura de un hermano capuchino anciano, que no gozaba de méritos por haber realizado obras clamorosas en beneficio de la ciudad, que no pertenecía a dinastías locales, que jamás había hablado desde cátedras o púlpitos, que no brillaba por su ciencia, no era sacerdote, ni tampoco había dejado su convento para hacerse misionero en tierras lejanas.
De él dijo un sacerdote que lo conoció íntimamente:
"No era un hombre de letras, no tenía estudios de teología, pero sobrepasaba a todos porque poseía el gran secreto del conocimiento y del amor de Dios".
El gran maestro de Fray Leopoldo fue el Espíritu Santo.
Él fue sólo un humilde fraile capuchino, limosnero durante 50 años seguidos en Granada.
La trayectoria de su vida siguió la mística del anonadamiento, la mística de Jesús.
Es la mística de las personas que no se sobrevaloran humanamente, de ellas se sirve Dios para realizar sus obras, para realizar una historia mucho más importante que la historia que cada día pasa ante nuestros ojos, la historia de la salvación.
En todas las épocas de la historia humana, han existido hombres que, como los postes de alta tensión, han mantenido a Dios conectado con la humanidad.
Por ellos pasa ese canal vivo de la gracia que se transforma en vida, amor, verdad, compasión, consuelo, misericordia, alegría, bondad, salvación y liberación.
Fray Leopoldo era uno de ellos, uno de esos hombres que obligan a Dios a mantener su alianza, su compromiso de amor con la humanidad herida de muerte por el pecado.
En cada tiempo surgen personalidades geniales que, por la fidelidad a un principio superior, rompen las márgenes del espacio y del tiempo.
Esto sucedió excepcionalmente con Jesucristo, que vivió y sigue vivo por la fuerza salvadora de su palabra.
De un modo semejante, salvando abismos, ha sucedido con algunos de sus seguidores y amigos a través de los siglos.
En estas páginas encontrarás excelentes plumas, con palabras bruñidas y cinceladas, primorosos artículos y, aún más, vivos testimonios de personas que lo conocieron, que convivieron con él o que se han hecho amigos suyos gracias a los "favores" obtneidos por su intercesión; en estas páginas vibra todo el esfuerzo intelectual y humano de un grupo de escritores que intentan hurgar en algo siempre inaccesible al hombre: la santidad.
Porque, como dice la Biblia, "Dios habita en una luz inaccesible".
Sean estas páginas como un ramo de bellas, olorosas y hermosas flores que, todo un pueblo de admiradores/as pone a los pies de su ídolo, con los más bellos piropos y su más hermosa oración.