Beata Florida Cevoli. Discípula de Santa Verónica Giuliani
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La traducción al español de este libro es un sencillo homenaje al P. Lázaro, profundo conocedor de las claustrales capuchinas.
A todas ellas van dedicadas estas páginas. En su vida oculta, ellas son luz para el mundo, como Clara de Asís ("Se mantenía dentro pero alumbraba fuera"), dice la Bula de canonización o Florida Cévoli: ellas viven ya anticipadamente la vida de la Jerusalén celeste, cuya lámpara es el Cordero.
Quien se pone a escribir una biografía debe antes familiarizarse con su personaje, con su modo de actuar; uno debe llegar a sentirlo como un buen amigo que progresivamente se va revelando a sí mismo a través de sus propios escritos y de las actividades realizadas por él.
Sólo un segundo momento, el autor consultará los testimonios de los contemporáneos que lo conocieron o que trataron, de algún modo, al personaje en cuestión.
Si además, como en el caso de Florida Cévoli, se trata de una sierva de Dios cuya causa de Beatificación ha sido introducida, se debe recurrir al procedimiento usado desde hace siglos de las declaraciones de los testigos, tanto de vista como de oído.
Este método, sin embargo, pasa casi por alto el aspecto humano del sujeto, como son los componentes familiares, temperamentales, ambientales y culturales que lo han caracterizado, mientras tiende a investigar más la práctica de las virtudes heroicas, la fama de santidad y los milagros.
Hoy, en el nuevo procedimiento de la Congregación para las Causas de los Santos, esta deficiencia se suple con el estudio complementario de carácter histórico.